conocido a nivel mundial como el Mes Rosa o de sensibilización sobre el Cáncer
de Mama, busca crear conciencia y promover la prevención frente al cáncer más común
entre las mujeres. Experta de la UCM refuerza la importancia de realizarse mamografías
anuales a partir de los 40 años de edad.
El cáncer de mama constituye la principal causa de mortalidad en mujeres a nivel mundial.
En la región del Maule, actualmente hay 178 pacientes diagnosticadas en 2025 según
cifras del Hospital Regional de Talca (HRT), quienes se encuentran en distintas etapas de
tratamiento o seguimiento dentro de la red asistencial.
La académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Maule (UCM) y
ginecóloga mastóloga del Hospital Regional de Talca (HRT), Dra. Carolina González Valdés,
se refirió al aumento de la incidencia del cáncer de mama en Chile, destacando, al mismo
tiempo, una disminución sostenida en la mortalidad. Esta mejora se atribuye
principalmente a la detección precoz mediante mamografía.
Según explicó la especialista UCM, “los principales factores son la detección precoz gracias
a la mamografía y la creciente especialización de los tratamientos médicos. En general, la
quimioterapia sigue siendo un pilar fundamental, pero actualmente existen terapias más
dirigidas a los distintos tipos de cáncer de mama, lo que ha contribuido a mejorar las tasas
de supervivencia”, explicó.
Prevenir no es detección precoz
La prevención y diagnóstico precoz son diferentes. Prevenir es evitar los aspectos
condicionantes como son el consumo de tabaco y alcohol, el manejo inadecuado de la
obesidad, una dieta poco saludable y la falta de actividad física. La suspensión del
consumo de alcohol, el control del peso corporal, la mejora de la alimentación y la
reducción del sedentarismo son medidas fundamentales para disminuir el riesgo de
cáncer, incluyendo el cáncer de mama.
En cambio, la detección precoz se centra principalmente en el uso de la mamografía como
herramienta diagnóstica temprana. De acuerdo con las recomendaciones internacionales
y las directrices de la Sociedad Chilena de Mastología, se sugiere que las mujeres
asintomáticas comiencen a realizarse mamografías anuales a partir de los 40 años de
edad.
Asimismo, el autoexamen cumple un rol complementario, ya que permite que las mujeres
conozcan sus mamas y puedan identificar posibles cambios en su estructura o apariencia.
Entre las alteraciones que deben generar alerta se encuentran las retracciones de piel, el
hundimiento del pezón o la presencia de sangrado.
La mamografía es actualmente el único examen que ha demostrado reducir la mortalidad
por cáncer de mama, a diferencia del autoexamen, que, si bien favorece la consulta
oportuna, no garantiza un diagnóstico precoz en todos los casos.
