Más de 43 mil hectáreas afectadas en Maule durante 2022–2023, el estudio desarrollado por el
Observatorio Laboral del Maule (OLM) recomendó consolidar equipos permanentes que sirvan
para liderar labores de prevención, educación y restauración ecológica en los meses de menor
riesgo de siniestros, avanzando hacia empleo continuo y estándares de trabajo decente.
El Observatorio Laboral de la Región del Maule, proyecto ejecutado por la UCM con el
respaldo de la Subsecretaría del Trabajo, presentó el miércoles 22 de octubre los resultados del
estudio “Profundización de ocupaciones: Brigadistas forestales”, información que fue bien recibida
especialmente por el CONAF, CORMA, Bomberos y SENAPRED, que releva la importancia estratégica
que tiene esta ocupación en la respuesta y la prevención de incendios forestales en la región. La
investigación constata mejoras progresivas en condiciones de trabajo —turnos, jornadas,
equipamiento—, pero advierte que la estacionalidad del empleo sigue siendo un obstáculo central.
Según el balance compartido por Conaf, en la temporada de incendios forestales 2022-2023 se
registraron 431 mil hectáreas afectadas y 2.369 brigadistas movilizados. En el último año en el
Maule, fueron 380 personas que se desempeñaron en esta labor.
En cuanto al perfil, la ocupación presenta mayor participación masculina; no exige estudios previos
ni experiencia, pero sí instrucción obligatoria de quien lo contrata. El estudio identifica competencias
técnicas como destreza manual, lectura de instrucciones y reportes, y socioemocionales como la
comunicación, el trabajo en equipo y manejo emocional como pilares del desempeño.
“Este estudio confirma que la prevención es la mejor herramienta para proteger nuestros bosques y
también el empleo local. Si capacitamos a las y los brigadistas para que, además del combate directo
en verano, lideren en invierno acciones de prevención, educación y formación en escuelas y
comunidades, ganamos todos. Esto permitiría reducir el riesgo, cuidar el territorio y fortalecer
trayectorias laborales más estables. No podemos olvidar lo que vimos en Santa Olga en 2017;
prevenir es cuidar vidas, patrimonio natural y fuentes de trabajo”, comentó la directora del OLM,
Irma Carrasco.
En ese sentido, el informe sugiere avanzar hacia un modelo de formación continua y certificada, con
mayor coordinación interinstitucional para estandarizar contenidos y prácticas.
Frente a un escenario climático desafiante, con temperaturas al alza, temporadas más largas y zonas
más secas, y considerando que la tecnología ha sido un apoyo y no un reemplazo del trabajo
humano, el estudio propone desestacionalizar la ocupación generando equipos permanentes todo el
año. En los meses de menor riesgo, los brigadistas forestales deberían asumir tareas de prevención,
educación comunitaria y restauración ecológica, apoyados por mecanismos de subsidio o empleo
verde.
